2014
Seguridad Vial.
Dicho esto, compartimos con los amigos de Honduras este primer informe.
Rodolfo Griffa.
La Prensa de Honduras
El trabajo periodístico, en cinco entregas, de la sección Apertura de LA PRENSA nos ha mostrado, como en una nítida radiografía, el gravísimo ...
Infierno vial
El trabajo periodístico, en cinco entregas, de la sección Apertura de LA PRENSA nos ha mostrado, como en una nítida radiografía, el gravísimo ...
Infierno vial
12:01AM
Redacción:
Redacción:
redaccion@laprensa.hn
La expresión de los conductores aludiendo a “horas picos” para evitar los embotellamientos en las rutas de mayor circulación o en las calles aledañas a centros educativos ha llegado a desaparecer del lenguaje diario, pues es tal la afluencia de vehículos que los atascos no tienen horario.
El trabajo periodístico, en cinco entregas, de la sección Apertura de LA PRENSA nos ha mostrado, como en una nítida radiografía, el gravísimo problema de la circulación en las principales vías de entrada y salida de ciudad que hace dos décadas fueron puntal para la atracción de industrias y la creación de empleo.
Han transcurrido los años y se ha multiplicado anualmente el parque vehicular, dejando obsoleto aquel trabajo modelo de la capital industrial en pleno auge.
La nostalgia de aquellas carreteras de solo dos carriles, hoy bulevares, sigue en la mente de muchos sampedranos que han de emplear más tiempo en los traslados y están expuestos a un continuo desgaste mental que en muchas ocasiones conduce al agotamiento por los estados de ira, irritabilidad y ansiedad en la selva de asfalto en que se mueven decenas de miles de vehículos.
Este es el escenario en el que, según los principios de la biología, nos hemos de adaptar o perecer; sin embargo, ya es tiempo de enfrentar el problema y adoptar soluciones factibles no faraónicas; reales, acorde con los recursos para aprovechar cuanto ya está disponible.
Lo que nos espera si la administración municipal no rectifica serán otros cuatro años más en los que primero se hable, después se elaboren estudios preliminares en cuya discusión se emplearán meses durante los cuales se irán entregando, como adelantos, lo que se va consiguiendo en teoría, mientras que en la práctica, el aumento del parque vehicular es continuo; el análisis financiero, así como la identificación de las fuentes de financiamiento, dará largas al trámite burocrático, cuyo final marcará el inicio de otros cuatro años en el infierno vial como califica LA PRENSA el tráfico vehicular en la ciudad.
Con el nuevo Gobierno vuelve a la palestra el proyecto de Canal Seco y las propuestas para que la moderna vía no complique aún más en los próximos años la circulación en el área urbana, puesto que a medida que se retrase el trazado definitivo de la nueva vía y se complete el segundo anillo de circunvalación no hace falta decir por dónde se encauzará todo el tráfico pesado proveniente o en dirección hacia Puerto Cortés.
La inoperancia de los gobiernos locales ha ido acumulando los problemas, entre los que destaca merecidamente la infraestructura vial que, como soga al cuello, asfixia mañana y tarde a decenas de miles de sampedranos.
Por el rescate de la ciudad y por la salud de las personas, es impostergable imperativo dar solución en este gobierno: no hablar más del puente a desnivel en Gala ni de vías alternas o de alivio, sino hacer las obras.
La expresión de los conductores aludiendo a “horas picos” para evitar los embotellamientos en las rutas de mayor circulación o en las calles aledañas a centros educativos ha llegado a desaparecer del lenguaje diario, pues es tal la afluencia de vehículos que los atascos no tienen horario.
El trabajo periodístico, en cinco entregas, de la sección Apertura de LA PRENSA nos ha mostrado, como en una nítida radiografía, el gravísimo problema de la circulación en las principales vías de entrada y salida de ciudad que hace dos décadas fueron puntal para la atracción de industrias y la creación de empleo.
Han transcurrido los años y se ha multiplicado anualmente el parque vehicular, dejando obsoleto aquel trabajo modelo de la capital industrial en pleno auge.
La nostalgia de aquellas carreteras de solo dos carriles, hoy bulevares, sigue en la mente de muchos sampedranos que han de emplear más tiempo en los traslados y están expuestos a un continuo desgaste mental que en muchas ocasiones conduce al agotamiento por los estados de ira, irritabilidad y ansiedad en la selva de asfalto en que se mueven decenas de miles de vehículos.
Este es el escenario en el que, según los principios de la biología, nos hemos de adaptar o perecer; sin embargo, ya es tiempo de enfrentar el problema y adoptar soluciones factibles no faraónicas; reales, acorde con los recursos para aprovechar cuanto ya está disponible.
Lo que nos espera si la administración municipal no rectifica serán otros cuatro años más en los que primero se hable, después se elaboren estudios preliminares en cuya discusión se emplearán meses durante los cuales se irán entregando, como adelantos, lo que se va consiguiendo en teoría, mientras que en la práctica, el aumento del parque vehicular es continuo; el análisis financiero, así como la identificación de las fuentes de financiamiento, dará largas al trámite burocrático, cuyo final marcará el inicio de otros cuatro años en el infierno vial como califica LA PRENSA el tráfico vehicular en la ciudad.
Con el nuevo Gobierno vuelve a la palestra el proyecto de Canal Seco y las propuestas para que la moderna vía no complique aún más en los próximos años la circulación en el área urbana, puesto que a medida que se retrase el trazado definitivo de la nueva vía y se complete el segundo anillo de circunvalación no hace falta decir por dónde se encauzará todo el tráfico pesado proveniente o en dirección hacia Puerto Cortés.
La inoperancia de los gobiernos locales ha ido acumulando los problemas, entre los que destaca merecidamente la infraestructura vial que, como soga al cuello, asfixia mañana y tarde a decenas de miles de sampedranos.
Por el rescate de la ciudad y por la salud de las personas, es impostergable imperativo dar solución en este gobierno: no hablar más del puente a desnivel en Gala ni de vías alternas o de alivio, sino hacer las obras.
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